Libros de artistas - Poéticas del objeto

Libros de artistas - Poéticas del objeto

Por J.M. Taverna Irigoyen
Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes

Razón le cabe a Juan Carlos Romero cuando afirma que los límites del libro de artista no existen. No es que todo esté permitido, sino -simple y auténticamente- que la invención recreadora y el lanzamiento fáctico gozan de la más abierta libertad para expresar una idea / pulsión / concepto / mirada / memoria. Las puertas de la gráfica aceptan así nuevos planteos, antes que lenguajes o técnicas; y todos los resortes digitales y las prácticas objetuales se ofrecen al artista como un camino de luminosas factibilidades.

Estos nuevos libros son para ver-leer; pero también para tocar, para sentir, para reescribirlos visualmente en un lance de verdadera comunicación sensorial y sensitiva.

Nueve artistas de visión contemporánea conforman el núcleo individual y colectivo de este conjunto que se exhibe en salas del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, de Santa Fe. Cada uno de ellos, más que enfrentar un desafío, enlaza y estructura órdenes que hacen del libro de artista un comunicador de poéticas. En las mismas, por sobre subjetividades, importa el sentido y la emotividad que transfieran; la sugestión que fluya de sus planos abiertos / cerrados o de sus páginas. Importa, en fin, el testimonio de una razón expresiva que se mantenga por sobre el tiempo y que genere en el espacio que la contiene una semiosis de efectos y sensaciones.

Rodolfo Agüero aporta libros timbrados cromáticamente, celebratorios. Alejandra Bocquel intenta captar las huellas y marcas que hacen y comportan desde el amor a la belleza. En los gofrados, Estela Pereda registra improntas inmemoriales, petroglifos de asociación y vida. Edith Matzen Hirsch imagina y construye libros atados de mármol y de cera y los ofrece ritualmente. Norberto Martínez, en una linealidad de blancos y negros, asocia escaleras y escrituras para subir/bajar. Norma Segovia conjuga amor y patetismo con su tributo materno. Alfredo Portillos rescata los aires de lo popular. Marina Papadopoulos, en la rigidez del metal y la agresiva imponencia de los clavos, captura la sugerencia de caminos cerrados. Y Mariaugusta Vintimilla, artista ecuatoriana, abre  a su vez los propios cofres del sortilegio.

Papel, cartón, mármol, cera, metal, no son sino materias que anima la mano-cerebro-visión. Entre las posibilidades y las definiciones que pueden caber desde el libro objeto, el libro serial o el libro edición. Toda una gama de propuestas, de desafíos y soluciones. Todo un viaje desde el concepto a la realización re-presentativa.

Precisamente, Lao-Tsé sugería que un viaje de mil millas empieza con un paso. Estos viajeros que aquí se revelan, ya lo han dado.